"Me agradaba la compañía de la mayoría de mis colegas, divididos a partes iguales entre buenos hombres que eran buenos profesores, malos hombres que eran malos profesores, y los personajes grotescos e inadaptados que acaban en la enseñanza y que, con frecuencia, suponen la influencia más educativa que reciben los chicos."
Robertson Davies: El quinto en discordia, pàgina 166.
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